10 cosas que pasan en cada evento (y nadie lo admite)
…pero todos sabemos que pasan. Siempre.
Organizar un evento es como preparar una boda real mientras se corre, se escribe un poema y se apaga un fuego. Cada detalle se estudia con cariño, cada momento se calibra... y entonces llega la realidad. Esa hecha de imprevistos, clichés irresistibles y pequeños grandes desastres. Aquí tienes 10 cosas que ocurren en todos los eventos y que nadie admitirá jamás.
1. El invitado misterioso que “no estaba en la lista” pero aparece con una confianza olímpica
¡Hola! Soy amigo del primo del fotógrafo. Me dijo que podía ir. (¿Ah, sí? ¿Nos dijo también? No).
2. Alguien llega vestido como si estuviera en un evento completamente diferente.
Código de vestimenta: elegante. Él aparece con vaqueros desteñidos y un polo de pádel.
O: código de vestimenta informal. Ella llega con un vestido largo con lentejuelas, más de alfombra roja que de azotea.


3. Siempre llega un momento en que todos van al baño al mismo tiempo.
Es un misterio de física social: ¿Empieza el bufé? ¿Termina el discurso? ¿Empieza el baile? Todos al unísono: «Disculpe, ¿dónde está el baño?».
4. El micrófono hace ese sonido de exorcismo justo al comienzo del discurso más importante.
“Buenas noches a todos… EEEOOOWWWWWKRRRSSSS… es un honor…” Y ahí empieza el pánico técnico, con alguien que se mete debajo de la mesa del DJ intentando arreglarlo todo, con el mismo sigilo de un agente secreto… pero con chaqueta y sudor.


5. El buffet termina demasiado pronto / demasiado tarde / con demasiadas ensaladas
Elijas lo que elijas, no es bueno. Siempre hay alguien que dice: «¿Poco, eh?». «¿Pero solo para picar?». «¿No había opciones veganas, keto, paleo, sin gluten ni soja?».
6. Alguien pide la contraseña del wifi a los 3 minutos de llegar
Y no para trabajar. Sino para publicar una historia con filtro, etiqueta, ubicación y 6 hashtags. \#eventolife #wearehere #nonmifunziona
7. Las fotos oficiales empiezan justo cuando tienes la boca llena
Nunca cuando estás relajado y sonriendo. Siempre con un canapé en la mano y cara de "Intento no escupir aceitunas mientras hablo con el cumpleañero".


8. Siempre hay un familiar/compañero que toma el micrófono… y nunca lo suelta
“En realidad tenía preparadas algunas palabras…” Veinte minutos después, todavía seguimos escuchando anécdotas de 2009 sobre cuando obtuvo su licencia de conducir.
9. Siempre hay un niño que les roba la escena a todos.
¿Desfile de novios? El pequeño corre al frente. ¿Primer baile? Se mete en el centro y empieza a dar vueltas. ¿Discurso? Grita "¡Mamá, pipí!" en el clímax. Y nadie se enoja, porque es adorable. Y porque, en cierto modo, ya lo esperábamos.


10. Al final, todos fingen irse… pero quedan otros 40 minutos.
"¡Última charla y nos vamos!" Sigue la velada: un digestivo improvisado, charla interminable y fotos a la salida, mientras el personal empieza a plegar las mesas.
Conclusión
Cada evento es un pequeño universo hecho de emoción, caos y espontaneidad. Y eso es lo que lo hace único. Así que, la próxima vez que ocurra una de estas 10 cosas, sonríe y piensa: todo va según lo planeado. O casi. 😎
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