Ese día el Plan B lo salvó todo

Hay momentos en que todo marcha sobre ruedas, como un vals. Y luego están esos días en que el cielo decide… tocar su versión de "mojado es suerte". Pero si algo hemos aprendido de IDEAeventi, es que lo inesperado no es un obstáculo: es una oportunidad disfrazada de nube.

Giulia Restuccia

6/7/20251 min leer

El decimoctavo... y la tormenta

Todo estaba listo para una memorable fiesta de dieciocho años. Un lugar elegante, un ambiente de ensueño, un montaje impecable. La fiesta se celebraría en un espacio cerrado, y por suerte, pero el verdadero momento culminante estaba planeado para el exterior: la sesión de fotos.

Porque, seamos sinceros: a los dieciocho, la foto perfecta es casi tan buena como el pastel.

Pero justo cuando el cumpleañero estaba a punto de irse —con un atuendo cuidadosamente elegido y una sonrisa lista—, empezaron a caer las primeras gotas. Y luego más. Entonces el cielo decidió que era hora de disipar cualquier deseo de hacer fotos al aire libre.

Para muchos, habría sido un fracaso. Para IDEAeventi, fue solo el comienzo del plan B.

El paraguas que salva el momento

En un instante, hicimos lo que mejor sabemos hacer: transformar lo inesperado en estilo.

Le regalamos al cumpleañero un paraguas, pero no uno cualquiera. Uno de esos que, en lugar de arruinar las fotos, las hacen únicas, teatrales, de revista.

¿El resultado? Una sesión fotográfica bajo la lluvia que parecía salida de una película de cine. El cumpleañero, protegido pero libre, rió, posó y se dejó envolver por esa atmósfera suspendida entre el romance y el rock and roll. Y lo que se suponía que serían "las clásicas fotos en el jardín" se convirtieron en un recuerdo original, impactante, diferente a todo lo demás.

Los invitados, entre un brindis y un selfi, contemplaron la escena con asombro. "¿Lo pensaste así a propósito?". Una sonrisa como respuesta: IDEAeventi no se deja sorprender. IDEAeventi sorprende.

Cuando el plan B es mejor que el plan A

Hay quienes planean y esperan que todo salga según lo previsto. Y luego están quienes, como nosotros, planean incluso lo impredecible.

Porque la diferencia entre un evento exitoso y uno inolvidable suele estar ahí: en cómo se gestiona la lluvia.

Por eso nuestro lema es simple: ¿llueve? ¡Genial! Tenemos el paraguas perfecto para convertirlo en un momento icónico.